La apicultura puede y debe producir sin agrotóxicos

Por primera vez en la historia, habilitan en Argentina un laboratorio apícola y cooperativo para producir Aluen CAP. El primer tratamiento orgánico y altamente eficaz para el control de la varroa, principal enfermedad causante de la mortandad de las abejas a nivel mundial. 

El 13 de agosto de este año, la Dirección de Productos Veterinarios del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) habilitó el primer laboratorio veterinario de la Cooperativa de Trabajo Apícola Pampero Ltda. (CAP).

Con el apoyo del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), fue construido en la localidad de Calderón, a 19 kilómetros de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, sobre un predio de 9 hectáreas adquirido en el año 2018 por la CAP.

«Es un hecho histórico para el sector apícola mundial y demuestra un ejemplo a seguir en otras actividades agropecuarias: trabajar colectivamente en el desarrollo de innovaciones tecnológicas que permitan prescindir de insumos agrotóxicos en las producciones primarias a gran escala […] No sólo permite el desarrollo sostenible del medio ambiente, sino que también los consumidores cada vez lo demandan más» expresó Alfredo Marconi, Presidente de la Cámara de Apicultores Pampero.

Para garantizar la calidad en la producción, fueron utilizados materiales específicos, así como también espacios amplios y adaptables que permiten abastecer del tratamiento a todo el mundo.

Hoy Aluen CAP®, es utilizado por muchos productores apícolas en Latinoamérica gracias a una red de 150 distribuidores que lo hacen llegar hasta cada rincón. De esta forma se solucionan los problemas de Varroa, garantizando la salubridad del productor y del consumidor, siempre trabajando un precio justo.

Referido a la infraestructura, Luciano Morales, Síndico de la CAP y coordinador en el desarrollo de la obra nos comenta: «Consta de una construcción en seco de 1.200 m2 distribuidos entre planta baja y planta alta (…) cuenta con dos depósitos de 400 m2, zona de producción de 200 m2, un amplio comedor, laboratorio de control de calidad, además de oficinas administrativas, taller de desarrollo de maquinaria, entre otros […]”

«[…] las instalaciones fueron visitadas y auditadas por especialistas europeos para dar cumplimiento a los estándares de calidad más estrictos para la producción de fármacos a nivel mundial» menciona Camila Buscaglia, Secretaria de la Cooperativa y coordinadora del equipo de calidad.

En una entrevista con Elian Tourn, presidente de la CAP, expresó: «Acompañaron el proyecto desde un principio: El Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social,  SePyme-SPL, el Laboratorio de Estudios Apícolas de la Universidad Nacional del Sur, el Centro de Investigación en Abejas Sociales de la Universidad de Mar del Plata, la estación experimental INTA Bordenave, el programa Cambio Rural y otras que todavía se siguen sumando».

Los avances logrados en el sector apícola fueron posibles a partir de la unión de los apicultores y el trabajo articulado con el Estado y, «[…] el laboratorio es un resultado tangible más que demuestra que el cooperativismo es una herramienta de desarrollo fundamental para construir una apicultura unida y de pie”, expresa Evangelina Torres, Tesorera de la Cámara de Apicultores Pampero.

Artículo redactado por la Editorial Pampero®

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